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El Antiguo tranvia de Cusco 1910

En los últimos años la ciudad del Cusco ha sido transformada en su traza urbana,  es profundo el interés por la cultura , el desarrollo...

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domingo, 22 de septiembre de 2013

viernes, 20 de septiembre de 2013

Escuela Cuzqueña de Fotografia JUAN MANUEL FIGUEROA AZNAR

JUAN MANUEL FIGUEROA AZNAR




Fueron Deborah Poole y Fran Antman -fundadoras de la Fototeca Andina, en 1987-, quienes comenzaron a buscar casa por casa, los archivos de los otros fotógrafos cusqueños que trabajaron en la ciudad a lo largo de la primera mitad del siglo XX.












Su predilección por el retrato lo acercó a la fotografía y a una técnica en boga, el foto-óleo o la foto coloreada, técnica que combinaba los barnices de la tradición pictórica occidental con las tendencias modernas








Artista multifacético, se concibió a sí mismo ante todo como pintor, sin sospechar que una de sus prácticas subsidiarias e intermitentes se apreciaría en las pocas pero importantes antologías del arte fotográfico peruano y latinoamericano. .












Fotógrafo, Pintor, Político, escultor escenógrafo de teatro e incluso director improvisado , Manuel Figueroa Aznar (Ancash, 1878-1951) fue, a lo largo de su carrera desarrollada en el Cusco, un hombre exitoso en lo personal y lo profesional.





diversas investigaciones mencionan que fue más exitoso aún que su contemporáneo Martín Chambi, Sin embargo, mientras la obra de Chambi creció de modo exponencial en prestigio tras su muerte, en todo el mundo, la de Figueroa Aznar fue relegada al olvido,


Se le viene redescubriendo como el miembro más notorio de la llamada Escuela del Cusco, representante mas destacado del florecimiento fotografico entre inicios y la primera mitad del siglo xx.



 AUTORETRATO







Los retratos que hacía Chambi, y en particular sus autorretratos, dan la impresión de ser directos, en tanto que los correspondientes de Figueroa Aznar, dan la impresión de ser “representaciones”]. Por lo mismo, cabe preguntarse si el famoso autorretrato de Chambi conocido como “Autorretrato con negativo”, que data de 1923, no fue concebido bajo la influencia de Figueroa Aznar, así como el retrato de estudio conocido como “Dos gigantes” , de 1925.










La visión de Figueroa Aznar viene de dentro. Este fotógrafo ancashino y cosmopolita se instaló en el Cusco a los 26 años. Se casó con Juana Yábar, hija de uno de los hacendados más importantes de Paucartambo y uno de los que controlaba el sistema de haciendas en esa región, que es la zona de transición entre el Cusco clásico y la selva.











Él mismo llegó a ser subprefecto de Paucartambo. Los Yábar estaban vinculados por relaciones amicales y familiares con el resto del mundo señorial del departamento: los Marmanillo, los Romainville, los Bragagnini, los Vizcarra.













Damas de Sociedad Cusco 1920



En la década de los veinte se asoció al círculo intelectual del indigenismo de Luis E. Valcárcel, quien lo nombró director artístico de la Misión Peruana de Arte Incaico que recorrió La Paz, Buenos Aires y Montevideo en 1923.










introdujo una práctica muy poco frecuente para la época: retratar indígenas en el estudio, un escenario reservado a los pudientes


















cuentan que Figueroa Aznar tendía a los disfrutes del presente e inclusive existen un reporte penoso del destino que corrió el acervo fotográfico de Figueroa Aznar, pues un importante anticuario del Cusco, en los años 50, compró, “a puerta cerrada”, todo lo que la viuda de Figueroa Aznar había arrumbado en una habitación de la vieja casona donde vivía. Tal era el método de adquisición del anticuario, conocedor de que en esos desvanes de cosas viejas e “inútiles” podía encontrar sorpresas valiosas: no examinaba qué había, sino compraba a ciegas lo que hubiera. En el cúmulo comprado a la señora de Figueroa, halló, en efecto, objetos notables, pero también “un sinfín de cachivaches”, entre ellos “cajas llenas de fotografías y negativos de vidrio”, que procedió a botar junto con la basura.En esos años, allá, salvo para un puñado de visionarios, las fotografías viejas no valían nada.











Realizo trabajos con Martín Chambi en diversas oportunidades. Juntos viajaron a la ciudad de Machu Picchu en 1928 como parte de la famosa expedición del prefecto Vélez.
Machuupicchu

Figueroa Aznar hizo fotos de la distintiva arquitectura cusqueña y de sus monumentos arqueológicos, así como retratos de individuos y grupos, tanto en su estudio como en exteriores, y evidencia una capacidad técnica indiscutible; y un gusto, refinado ; sin duda más elaborado ;

Rodadero 1906 Sacsayhuaman Cusco

Una selección de las fotografías que realizaron del monumento se publicó en el libro Cusco histórico, editado por Rafael Larco Herrera con textos de Luis E. Valcárcel seis años más tarde. En sus placas documentales y sus retratos, los motivos y personajes –solemnes, casi atemporales- emergen de sombras y claroscuros que transportan al barroco rembrantino.






Retrato con amigos Templo de Coricancha, Cusco 1911

Las fotos de Juan Manuel Figueroa Aznar, , nos ubican en el centro de la hacienda y de la élite rural cusqueña, entre los años 1900 y 1940 muestra el Esplendor y ocaso del Cuzco señorial.





las fotos son un testimonio de la convivencia entre el servilismo y el paternalismo que resulta chocante e incomprensible en la época actual. Nos recuerdan cuánto cambió el país en tan solo algunas décadas.






Autoretrato historia de amor y desengaños - 1907

A diferencia de Chambi, hombre disciplinado y prudente, que atesoró sus fotos Figueroa Aznar, tenia fama de bohemio y fue muy descuidado con sus fotos tal vez por considerar a su obra pictórica como su verdadero legado ,







Panorama de tres Cruces oleo - 1908


Es el autorretrato donde resalta lo más peculiar de su fotográfia, captamos de inmediato una vena teatral, ya que en ellas prácticamente actúa: de cura, de trovador, de mesero de bar, de enamorado que se embriaga por despecho, de “pintor en su atelier”, Inclusive hace “actuar” a algunos de sus retratados, como por ejemplo a quien aparece en las fotos denominadas a veces “Tipo indígena” y otras “Indio Q’ero tocando quena”. En ellas, un joven indio figura delante de un telón de tal modo que más parece un actor disfrazado de indio, que uno verídico.


Qéro  Cusco 1923








Retrato con amigos  Cusco 1907
los retratos incorporaran con plenitud a la burguesía y los hacendados. Muestra la vida cotidiana y festiva en la hacienda. Fiestas, almuerzos campestres, excursiones, disfraces. En contraste con el boato de la ciudad, en sus fotos aparecen también los terratenientes menos favorecidos. Por ejemplo, se ve a los Bragagnini en su destartalada casa-hacienda, viviendo en condiciones muy duras, parecidas a las de sus pongos, que dormitan unos metros más atrás. (Podrían pasar por indios si no fuera porque son rubios.)

Dentro de estos grupos criollos, de clara formación europeizada,empezaron a articularse a lo autóctono. Surgió así un fuerte discurso telúrico y la teoría del nuevo indio, que no era necesariamente el campesino quechua o aimara, sino aquel que, aun cuando fuera blanco o mestizo, podía lograr una compenetración plena con las energías magnéticas de la tierra.




Autoretrato Hacienda Capana , Cusco 1913 distante 61 Km de Cusco camino a Paucartambo







Existen otras dos fotos denominadas “Comuneros de Acomayo”, tomada in situ; pero el grupo de diez supuestos indígenas que ellas muestran (con variantes en la disposición y posturas) está compuesto en realidad por dos subconjuntos. En primer término, se ven cuatro mujeres y un hombre adultos, más una pareja de niños, que, bien vistos, son mistis de la ciudad (posiblemente miembros de alguna familia prominente) vestidos de campesinos; en segundo término, hay tres auténticos comuneros, casi ocultos por los anteriores. Comparar esos retratos -el primero de estudio, los otros tomados probablemente en una quebrada (o un lecho de río seco) de Acomayo- con los equivalentes de Chambi -digamos: “Indio gigante”, “Campesina de Q’eromarca y su hijo”, “Músicos del Cusco”, “Indio de Tinta y su órgano”, etcétera- es comparar lo impostado con lo auténtico, lo teatral con lo testimonial.




Caceria de venados  Hacienda Mollomarca  Paucartambo Cusco 1930

Cuando le preguntaron a una de las hijas del hacendado esposa de Figueroa aznar cómo había podido vivir a 4.200 metros de altura, con ese frío imposible, y por qué teniendo ellos posibilidades y medios económicos ubicaban su casa en la puna, la señora respondió: “Ésa es la vida que nosotros elegimos. El Perú tuvo en un momento un grupo dominante dispuesto a definir su destino en las entrañas del país, algo que lamentablemente hemos perdido”.





Monseñor Benigno Yábar y religiosos en el Salón Azul Cusco 1915

El fotógrafo tuvo 14 hijos y varios de ellos murieron en la infancia, como era habitual en la época, sobre todo teniendo en cuenta que vivían en Moyamarca, situada a tres días de cabalgata desde Paucartambo. Uno de los niños murió en Pumachaka, una estancia que los Yábar tenían entre ambos lugares. Pero no trasladaron el cadáver a Paucartambo para enterrarlo, como se hubiera esperado, sino que se lo llevaron en procesión a la altura, a la hacienda. En la capilla ruinosa de Moyomarca todavía están las tumbas de los hijos que murieron en esa zona.

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Hacienda Mollomarca 1915   Paucartambo

Un sector intelectual que se acercaba al indigenismo, que profesaba un sentimiento hacia la tierra y hacia lo propio y nativo entre los cuales estaba Figueroa Aznar buscaba una identidad peruana a partir de la recuperación de lo andino, indígena e incaico, que no eliminaba a los grupos dominantes sino que los integraba a la tierra y a la tradición.







Costruccion de la carretera Huambutio Paucartambo  1913

A este grupo de aventureros y soñadores se le ocurrió, por ejemplo, conectar la sierra con la selva a través de una carretera afirmada, cuya construcción ellos mismos supervisaron. Su discurso mezclaba la vocación modernizante de la tecnología y las comunicaciones con la evocación del pasado Inca. El registro de ese mundo que desapareció para siempre tuvo a su mejor cronista gráfico en Figueroa Aznar



“El gesto de enterrar a tus hijos en tu pedazo de tierra te habla de una vocación de arraigo, un sentido de identificación con el espacio. No era gente que tenía una relación meramente extractiva con sus propiedades. Yo creo que en su fantasía inconsciente estaba la noción de que su relación con la tierra estaba destinada a ser milenaria” - Gustavo Buntinx